Una Tarde frente a la Iglesia


HISTORIA
Por los alrededores de 1535 el licenciado Gonzalo Jiménez de Quesada, quien venía por teniente general del adelantado Pedro Fernández de Lugo, y del hijo de éste, Alonso Luis, llegó a Santa Marta y de allí, con mil doscientos hombres anduvo en la conquista y pacificación de la Sierra Nevada de Santa Marta, siendo comisionado después para el descubrimiento del futuro Nuevo Reino de Granada, misión para la cual se le dieron setecientos hombres unos de Infantería y otros de a caballo, y cinco bergantines uno de los cuales Capitaneaba Don Antonio Díaz Cardozo para que subiesen por el Río Grande de la Magdalena, llegando con la Expedición después de un año con muchas penurias y muertes solamente ciento setenta hombres, con los cuales comenzó a fundar pueblos, el primero de ellos Vélez, seguido después de Tunja, asentamiento donde precisamente fue informado que a muchas leguas de allí había un cacique llamado Neiva, el cual habitaba en un valle donde existía un templo de idolatría erigido sobre columnas de oro, y que había en los alrededores de aquella tierra muchas minas de oro y de Plata que explotaban sus habitantes.
Tomó la decisión el licenciado Jiménez de Quesada, que antes de seguir con las fundaciones iría a los confines de las tierras del cacique Neiva, proyecto para el cual dividió sus tropas en dos grupos: uno mayoritario, se quedó en Suesca, dejando como comandante encargado a su hermano Hernán Pérez de Quesada, y otro menor, integrado por diez hombres de a caballo y veinte infantes con él a la cabeza, con quienes emprendería tal expedición. Así fue, siendo a mediados de 1537, tomó como derrotero lo que conocemos ahora como la Cordillera Oriental de los Andes Colombianos, pasando por páramos y lugares deshabitados de climas muy fríos, probablemente por lo que hoy es Pasca, Tibacuy, los páramos de Sumapaz, y Ambicá, saliendo finalmente al Valle de la Tristura, cerca a Fortalecillas encontró un bohío sostenido por una columna gigante que era según las versiones de los indígenas estaba cubierta con láminas y chagualas de oro, pero los aborígenes ya habían huido llevándose sus joyas consigo. Fue así muy poco lo que halló, y para su infortunio todos los que con él iban cayeron enfermos, razón por la cual decidió regresar a Suesca donde se hallaba el resto de la tropa.
Todo lo descubierto hasta ese momento, cada montaña y riachuelo, le era similar a las vegas de Granada, a las serranías de Las Alpujarras, que los Árabes las solían llamar Montes del Sol y del Aire, tierras donde había dejado a sus padres, sus hermanos y al menor de ellos; allí en los Reinos de España, su padre, el licenciado Luis Jiménez de Quesada natural de Córdoba se había destacado como juez para las causas moriscas en Las Alpujarras antes de la creación de la Real Chancillería de Valladolid; allí habían quedado sus cuñados, comandantes militares de varias guarniciones en tal región, también había quedado su madre Doña Isabel Ribera de Quesada. Por estas razones, decidió darle nombre a las tierras descubiertas como Nuevo Reino de Granada, y en 1538 fundar un pueblo en las tierras del cacique Bogote de Muequetá, nombre que en lengua chibcha significaba Gran Usaque, señor de labranza o sementera en las tierras llanas, al cual llamó Santafé, en memoria del existente con el mismo nombre cerca de la ciudad de Granada donde había vivido durante su niñez.
Posteriormente, el entonces adelantado Jiménez de Quesada, mantuvo conversaciones con el capitán Alonso de Olalla Herrera para que continuase con las conquistas y descubrimientos por él emprendidos en la Gobernación del Pauto y Papaneme, pero lamentablemente no se pudo llevar a cabo debido a la muerte repentina de Jiménez de Quesada a finales del mes de Febrero de 1579, el cual había testado en la Ciudad de Mariquita el seis de febrero de 1579. Al año siguiente, Alonso de Olalla juntamente con sus hijos, Juan López de Herrera y Antonio de Olalla, son comisionados por la Real Audiencia para que vayan al descubrimiento y conquista de los indios sutagaos quienes estaban siendo exterminados por los indios pijaos, dándosele el título de Gobernador, a su vez que se le encomendaba la fundación de tres pueblos, que se llamaron Nuestra Señora de Altagracia del Sumapaz, San Juan de Yeima y Espíritu Santo del Caguán, después se le agregó a su gobernación las tierras del Valle de la Plata y San Juan de los Llanos.
El territorio sometido a don Alonso Olalla Herrera tenía como límites en su mayoría los que después son asignados a la Villa de la Purificación de Nuestra Señora, población fundada el 25 de mayo de 1664 por el gobernador y capitán general don Diego de Ospina Maldonado en la ribera occidental del río Magdalena en un sitio llamado la Mesa de la Palma, repartiéndosele solares a veinticuatro vecinos, para que de esta manera asegurar las ciudades de Ibagué y Neiva que eran continuamente hostigadas por los indios pijaos, además era de vital importancia preservar lo hecho hasta ese momento por los conquistadores.
A su vez, desde los primeros tiempos de la conquista a la zona que comprendía la zona opuesta a lo descubierto, es decir, la oriental, partiendo de lo que hoy es Fortalecillas hasta los límites de Melgar y Fusagasugá pertenecientes al Virreinato de La Nueva Granada, se les llamó por parte del Licenciado Don Gonzalo Jiménez de Quesada como Las Alpujarras, nombre que recordaba su pasado andaluz, territorio que para el año 1700 era propiedad de sólo cuatro personas: A) Don Antonio de Cuellar, B) El Capitán Alejandro Valdés, C) El Doctor y Presbítero Don Juan Francisco Rodríguez de Campos, D) Don Matías de Espinoza. Tierras que permanecían en su mayor parte como lugares despoblados, pero que contaban ya con la incipiente aparición de caseríos y rancherías que darían origen a las actuales poblaciones de Fortalecillas, Tello, Baraya, Villavieja y Colombia, en el departamento del Huila; Alpujarra, Dolores, Prado, Purificación, Villarica, Suárez, Cunday, Carmén de Apicalá, Incononzo, y Melgar, en el departamento del Tolima; Cabrera, Venecia, San Bernardo, Pandi, Arbelaez, Pasca, Tibacuy y Fusagasugá, en el departamento de Cundinamarca.
Las Tierras de lo que hoy es el Municipio de Alpujarra en el Departamento del Tolima en el Año de 1685 pertenecían al Globo de lo que se llamaba Nuquia, Venugas y La Punta, (La llamaban así porque era el limite sur del Virreinato de La Nueva Granada cuyos linderos eran el Rio Grande de La Magdalena y la desembocadura que en el hacia el llamado Rio de Juan Cabrera formaban una punta, esto con la Gobernación de Popayán tierras que pertenecían al Capitán Don Fernando González de La Pava y su esposa Doña Isabel de Esquivel hija de Don Francisco de Esquivel padres de Andrea, Marcela e Isabel González de la Pava y por causa de una deuda de $250 patacones, compromisos contraídos por Don Francisco y Don Fernando con el Capitán Domingo Álvarez de La Bandeyra fueron rematadas en un tercero en calidad de traspaso llamado Don José Rodríguez de Vargas Aguazil Mayor de Tocayma, hermano carnal del Maestro Juan Francisco Rodríguez de Campos en manos de quien quedaron finalmente.